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La Seguridad Vial y su incidencia en nuestro día a día

En nuestras vidas nos vemos abocados todo el tiempo a tomar decisiones y asumir las consecuencias de estas, a veces son temas simples, y otros tal vez más complejos, pero que al ser rutinarios se nos hacen poco relevantes, aunque igualmente afectan nuestro diario vivir, cosas como qué comer, cómo vestirnos, a dónde ir, qué hacer… Pero te has puesto a pensar que hay algunos conceptos que suenan abstractos y no parecen tener conexión directa con lo que hacemos, no obstante, son muy relevantes en el día a día; quizá no haya pasado por tu mente, pero ¿sabías que la seguridad vial es uno de estos conceptos que trasciende tu vida y la afecta directamente?

En principio es importante aclarar que la seguridad vial no es un aspecto netamente adjudicado a los conductores, éstos son solo un actor entre muchos otros que tienen incidencia en la vía; lo que quiere decir que todos, de alguna forma u otra, somos actores viales y por tanto nos compete este tema. Desde que ponemos un pie en la calle (o una rueda) nos convertimos en fichas clave, como peatones, en carro, moto, como pasajeros, como ciclistas e incluso en patineta, a todos nos corresponde un papel, deberes y derechos que son importantes y que de no cumplirse afectan negativamente nuestra integridad y la de los demás.

Todo el sistema que compete a la seguridad vial tiene como objetivo prevenir y minimizar los daños y efectos que generan los accidentes viales, logrando salvaguardar la integridad física de las personas que se mueven por el espacio público, y cualquier perturbación en este sistema trae consecuencias para muchos, te explicamos por qué:

Supongamos que sales de tu casa para el trabajo, tienes que caminar un par de cuadras hacia una vía principal y tomar un bus que te lleva cerca, mientras tanto, un conductor en automóvil va tarde y está hablando por celular, lo que lo lleva a chocar con bus de servicio público, precisamente el bus que necesitas para ir a tu trabajo, el accidente no es fatal, pero deja herido al conductor de automóvil, retrasado el bus y sus pasajeros (tú incluido), un enorme trancón en la vía y parte de la cuidad inmovilizada mientras llegan las autoridades y servicios de emergencia.

Quizá parezca una historia de película, pero de hecho este solo es un ejemplo de muchos otros que demuestran como la imprudencia de un solo actor vial trae consecuencias para muchos otros y afectan la cotidianidad, actos simples de irresponsabilidad impulsados por afán, estrés o malos hábitos, pero que desencadenan una serie de eventos que repercuten en otros.

 

La importancia de la seguridad

Como puedes ver, la seguridad vial y las reglas incluidas en ella, no son simples caprichos o requerimientos de normatividad que se establecen sin razón; este sistema es estructurado en favor del orden y, principalmente, el bienestar general. Entender esto es una prioridad para quien está detrás del volante, pero también es importante para los peatones, los motociclistas, los ciclistas y todas las personas que se puedan ver involucradas en un accidente.

Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte a nivel mundial, sobre todo en personas jóvenes, por eso es tan necesario conocer sobre seguridad vial y mantener en firme el compromiso que esto requiere. Al conocer sobre los posibles peligros que existen, pero también sobre los deberes y derechos como ciudadanos, podremos tomar precauciones que impulsen a la generación de hábitos y actitudes que disminuyan las alarmantes cifras de accidentes de tránsito.

En Colombia, según las estadísticas del Observatorio de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, solo el año pasado (2021) hubo 7238 víctimas en siniestros de tránsito, y en lo que va del presente año (julio de 2022) ya se han reportado 3102 víctimas fatales por accidentes, lo que implica 500 más que el año pasado en estas mismas fechas, viéndose más afectados los motociclistas y peatones, seguido de vehículos. El panorama es alarmante, sobre todo en la última década, donde las cifras van en aumento.

 

La necesidad de educar para prevenir

Estamos ante un hecho determinante, y es que las personas muchas veces funcionan sobre el supuesto de que “nada va a pasar si hago esto”, pero son precisamente estas decisiones las que traen consecuencias, además, también hay quienes se movilizan día a día ignorando muchas de las normas propuestas solo por desconocimiento, lo que puede solventarse dando mayor enfoque a la promoción y enseñanza de la educación vial.

El objetivo que se plantea desde la seguridad vial es plausible de concretarse a través de la aplicación de las normas que regulan el comportamiento en las vías, pero es quizá más importante, trabajar desde la concientización y la educación de todos los actores que intervienen. Además es necesario que las medidas, más que represivas, sean preventivas, buscando que desde la formación se genere conciencia, así como buenos hábitos y conductas que contribuyan a la reducción de la accidentalidad, ya que no se trata de que la ciudadanía tenga buenos comportamientos solo por temor a un castigo o multa, sino que sean verdaderamente conscientes de las consecuencias de los malos comportamientos en la vía y eviten hacerlos por convicción y principios.

 

“Seguridad vial por convicción, no por obligación”

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