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La relación entre el estrés y la seguridad vial: cuando la salud emocional afecta la conducción

El estrés es un problema muy común en nuestra sociedad, casi siempre se debe al ritmo de vida que llevamos, que cada vez parece más acelerado. Cuidar de la familia, trabajar, cumplir con horarios y tareas, son solo unas de las razones que pueden causarlo. El estrés no solo nos produce un estado emocional poco agradable, sino que tiene repercusiones en nuestra salud, como la hipertensión o ciertos trastornos digestivos.

Podríamos definirlo como un proceso psicológico que se origina cuando se presenta una fuerte exigencia y no sabes cómo responder ante ella de forma clara y adecuada, causada por diferentes factores, por ejemplo, el exceso de trabajo, la auto-exigencia, los cambios bruscos en el estilo de vida, entre otros. A esto podríamos sumarle una actividad muy común que es el conducir un vehículo, debido al tráfico y sus condiciones en ocasiones poco favorables ¿Sabes qué pasa cuando sumamos todo este estrés y lo llevamos a la esfera de la conducción?

El estrés tiene una relación directa con los accidentes viales, ya que influye en la forma como conduces.  Algunos estudios han demostrado que muchos conductores que han sufrido algún accidente, habían pasado en los meses anteriores o estaban pasando por alguna situación estresante.  De por sí la actividad de la conducción se envuelve en un entorno que puede ser estresante, debido a cosas como el ambiente molesto, el ruido, la presión del tiempo, el tráfico, los peatones y hasta el exceso de publicidad en las vías.

Todos estos factores pueden ponerte en reacción de alarma, fase de resistencia y fase de agotamiento, que hacen que gastes la energía, además, esto puede llevar a que te comportes más agresivo, competitivo, hostil, impaciente e impulsivo y serás más imprudente y con menos respeto por las normas de tránsito, lo cual no es nada favorable al momento de la conducción. Al final de todas estas reacciones, tu cuerpo comienza a manifestar los problemas del estrés, por ejemplo, con trastornos digestivos, problemas musculares o debilidad en el sistema inmunológico. Sumado a esto, podemos contar con problemas cognitivos, como un bajo estado de ánimo, ser más lento en la toma de decisiones y tener menos atención, elementos que continúan siendo poco favorables para la actividad de la conducción.

¿Qué puedes hacer para manejarlo?

  • Buscar ayuda especializada para afrontar el estrés
  • No conducir tu vehículo cuando tus niveles de estrés estén altos
  • Levantarse con tiempo suficiente para sortear cualquier imprevisto que pueda surgir en el camino
  • Dormir las horas necesarias
  • Escuchar música relajante mientras conduces
  • Evitar el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas.
  • Tener precaución con las bebidas estimulantes como el café o el té

Recuerda que estos consejos te ayudarán a realizar un mejor manejo de estrés y por ende reducirán la probabilidad de tener accidentes en la carretera.

Para terminar, queremos hacerte una pregunta…

¿Cuál de los consejos que te hemos brindado para manejar el estrés aplicas?

 

Información tomada de: http://www.dgt.es/PEVI/documentos/catalogo_recursos/didacticos/did_adultas/estres.pdf

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